Complemento alimenticio de espirulina: inmunidad, tonicidad, varios nutrientes

La espirulina pertenece a la familia de las microalgas de color azul verdoso o cianobacterias unicelulares capaces de fotosíntesis. Se la denomina así por su forma espiral y antiguamente se le llamaba alga azul. Como todas las algas (kelp o laminaria, nori, kombu, wakame, chlorella…), la espirulina forma parte de los “super food” (superalimentos) o “miracle food” (alimentos milagro), ya que posee una alta densidad nutricional. Por cierto, en los países en desarrollo, ésta se utiliza para luchar contra la malnutrición.

¿Qué es la espirulina ?

La espirulina es conocida desde hace mucho tiempo por su riqueza en proteínas de excelente calidad y perfectamente biodisponibles. En efecto, éstas representan entre un 60 y un 70 % de su materia seca y proporcionan la casi totalidad de los aminoácidos.

La espirulina es asimismo una fuente esencial:

1. de muchas vitaminas (entre las que se encuentra la B12, la C, la E…) ;
2. de minerales y de oligoelementos, como el magnesio, el calcio, el zinc, el selenio y el hierro ;
3. de compuestos azufrados y de superóxido dismutasa (SOD) asimilable ;
4. de lípidos y especialmente de ácido gamma linolénico, un omega 6 ;
5. de fitopigmentos naturales como la clorofila verde, la ficocianina azul (16 % del peso total) y los carotenoides anaranjados (repartidos esencialmente entre el betacaroteno, la criptoxantina, la luteína y la zeaxantina).

¿Cuáles son los beneficios asociados a la espirulina ?

De esta composición única se derivan sus numerosos beneficios para la salud humana :

• la actividad y el equilibrio de las defensas inmunitarias debido a los sulfolípidos y a los polisacáridos sulfatados, activadores potenciales de los monocitos ;
• el equilibrio de la presión arterial ;
• la regularización del nivel de lípidos en sangre y especialmente del nivel de colesterol ;
• la protección contra el estrés oxidativo por la presencia de un pigmento azul único, la ficocianina, especialmente en caso de nefropatía diabética ;
• la desintoxicación de metales preciosos, a semejanza de la chlorella ;
• la mejora de la recuperación deportiva, reduciendo el estrés oxidativo y las agujetas ;
• la preservación de la microbiota ;
• la atenuación de las rinitis alérgicas ;
• la regeneración de las células madre de la médula ósea ;
• y la conversión en los mamíferos de la ficocianina en ficocianorubina, un antioxidante muy parecido a la bilirrubina, protector cardiovascular.

Las muy numerosas investigaciones de las que ésta ha sido objeto por todo el mundo, así como los ensayos clínicos dedicados a ésta no han dejado de ampliar con el tiempo el campo de sus posibilidades para la salud humana.