Temporalmente sin existencias
El síndrome de intestino irritable, a veces llamado síndrome de colon irritable, es un trastorno digestivo frecuente que se caracteriza por sensaciones intestinales dolorosas y molestas. Se estima que cerca del 20 % de la población occidental está afectada. No se trata de una enfermedad, sino de un mal funcionamiento del intestino. Estos síntomas desagradables están relacionados principalmente con la modificación de la velocidad de paso de los alimentos al intestino grueso (el colon).
Cuando los alimentos pasan demasiado rápidamente al intestino, el agua no es suficientemente absorbida, lo que provoca malestar y diarrea. A la inversa, cuando los alimentos son retenidos demasiado tiempo, el colon absorbe demasiada agua, lo que provoca estreñimiento y heces dolorosas. En los dos casos, la vida diaria se ve alterada. Las causas de esta disfunción siguen siendo todavía desconocidas en gran medida, pero la comunidad científica ha emitido la hipótesis de que éste estaría relacionado con un desarreglo de la flora intestinal (11).
Hasta la fecha, no se ha informado de ningún efecto secundario o indeseado en la literatura científica tras la suplementación con B. coagulans. Los estudios confirman su excelente tolerancia y la ausencia de carácter mutagénico o genotóxico. (12).
En otoño hasta el fin del invierno (6 meses de tratamiento) o durante dos semanas en función del efecto deseado. Véase sobre este tema: ¿Cuánto tiempo deben durar los tratamientos con probióticos?
Contrariamente a la mayoría de los probióticos, usted puede conservar Bacillus subtilis a temperatura ambiente. En efecto, los probióticos de tipo espora bacteriana son muy resistentes a las altas temperaturas.
Durante todo el tratamiento, le recomendamos respetar las instrucciones siguientes:
El síndrome del intestino irritable, o síndrome de colon irritable, es un trastorno funcional intestinal benigno pero incapacitante que se cree que afecta a entre un 10 y un 15 % de la población mundial. Se caracteriza por dolores y calambres abdominales crónicos, trastornos del tránsito y distensión abdominal.
Se han presentado varias hipótesis para explicar esta disfunción de los intestinos, entre las cuales se encuentra un trastorno de la motricidad intestinal y una hipersensibilidad visceral. No obstante, la pista de un desequilibrio de la microbiota, que haría la barrera intestinal más permeable a las moléculas proinflamatorias, parece cada vez más plausible (13).
Le aconsejamos tomar 2 cápsulas al día (equivalente a 4 mil millones de microorganismos) con un vaso grande de agua. En general se aconseja tomar los probióticos durante los 30 minutes anteriores a una comida o con una comida ligera o un tentempié.
Importante: una vez recibido, se recomienda encarecidamente conservar este probiótico en un lugar fresco.
Para optimizar los efectos de su tratamiento en la función intestinal, considere:
Durante una suplementación probiótica, el consumo de fibras prebióticas favorece la correcta implantación de las cepas “amigas” en el tracto intestinal y maximiza su probabilidad de supervivencia. Por tanto, considere combinarBacillus coagulans con inulina o con Fructooligosacáridos, extraído de la remolacha mediante un procedimiento de bioconversión (14).
En caso de pesadez después de las comidas, apoye la acción de B. coagulans con Digestive Enzymes, un complejo único que reúne 15 enzimas claves de la digestión (lactasa, proteasas, amilasa...) así como plantas dedicadas al mantenimiento de una buena salud digestiva (menta piperita, fenogreco, jengibre, anís...) (15-16)
Las cápsulas de este producto están compuestas por pululano, un polisacárido natural procedente de la fermentación de la tapioca o del maíz. El pululano no contiene ningún ingrediente de origen animal y constituye una excelente barrera contra el oxígeno, lo que permite preservar la integridad de los ingredientes contenidos en la cápsula. También es una excelente alternativa ecológica frente a los materiales sintéticos.
Las cápsulas de este producto están compuestas de HPMC (hidroxipropilmetilcelulosa), una sustancia vegetal derivada de la celulosa. La HPMC se utiliza habitualmente en medicamentos y complementos alimenticios. No contiene ningún ingrediente de origen animal, está reconocido como seguro por las autoridades sanitarias y está considerado como más duradero que las alternativas sintéticas.