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Crudivorismo: beneficios, peligros y buenas prácticas para “comer crudo”

Si usted está intentando seguir una dieta alimenticia más sana y más de acuerdo con la naturaleza, se habrá enterado de la gran tendencia de la “raw food”, crudivorismo en español. Beneficios, peligros y buenas prácticas: le contamos todo.

Alimentos crudos con jamón, tomate y pepinillo

¿Qué es el crudivorismo?

En el gran movimiento del crudivorismo, también llamado alimentación “viva”, se encuentran varias tendencias y varios tipos de consumidores: (1)

  • Los granívoros, que consumen sobre todo granos.
  • Los frugívoros, que consumen sobre todo frutas.
  • Los crudivoristas integrales o ”instinctos” (término en francés – seguidores de la instintoterapia –), que consumen los alimentos, entre los que se encuentran los productos animales, sin mezclarlos, lo que les aproxima a una dieta disociada.
  • los liquidívoros, que consumen casi únicamente zumos.
  • Y los adeptos a la “ecología alimentaria”, que consumen de todo, incluidos la carne y los insectos.

El punto en común de todas estas dietas alimenticias es que los alimentos son consumidos mayoritariamente o en su totalidad crudos .

En la práctica, los adeptos del crudivorismo admiten comer entre un 75 % y un 80 % de productos crudos.

Los beneficios de la raw food

El crudivorismo provoca una pérdida de peso importante, lo que puede ser el efecto buscado y ser beneficioso para las personas con sobrepeso (2). Esta pérdida de peso se obtiene especialmente por la renuncia a las galletas industriales y a otros productos transformados.

No obstante, no es en esto donde los adeptos de la raw food sitúan principalmente las ventajas de su dieta alimenticia.

En efecto, los profesionales que han popularizado el crudivorismo afirman que el hecho de comer alimentos crudos permite conservar todas las vitaminas de los alimentos (lo que es absolutamente cierto) y sobre todo todos los enzimas de los alimentos (lo que es también absolutamente cierto) (3).

Estos enzimas se supone que permiten comenzar la digestión de ciertos nutrientes (glúcidos y proteínas) a partir del estómago y así facilitan la digestión, lo que lleva a una mejor asimilación por el organismo.

Además, como la mayoría de los movimientos de la raw food excluyen los alimentos de origen animal y apuestan principalmente por alimentos alcalinizantes, el crudivorismo se supone que favorece el equilibrio ácido-alcalino del organismo .

Por tanto, el resultado de una dieta crudívora sería un aumento de energía y un mayor bienestar digestivo así como, sobre todo, una alimentación más parecida a la de nuestros antepasados humanos. En este sentido, el crudivorismo hace directamente la competencia a la dieta paleo.

La cocción de los alimentos en los orígenes de la humanidad

Sin embargo, conviene recordar que el éxito de la humanidad fue especialmente debido a su costumbre de cocer los alimentos, como lo afirman los investigadores del Harvard Graduate School of Arts and Sciences en un estudio publicado en las Actas de la Academia Nacional de Ciencias (PNAS) (4).

En efecto, los paleoantropólogos y los arqueólogos calculan que el hombre ha cocido sus alimentos desde hace como mínimo un millón de años y probablemente desde hace todavía más tiempo. Desde hace un tiempo es comúnmente admitido que la cocción de la carne es uno de los elementos detonantes de la evolución humana hacia el Homo sapiens (5).

En efecto, aparte del hecho de que la carne cocida o asada aporta más energía que la carne cruda (6) y que sus nutrientes son más fácilmente asimilables, con un coste energético menor durante la digestión (7-8), la menor masticación necesaria para el consumo de la carne cocida ha permitido una reducción del volumen de la mandíbula para beneficio del volumen de la cavidad craneal .

Por otra parte, unos arqueólogos han podido probar que el Hombre cuece también los vegetales desde hace al menos 170.000 años, probablemente por las mismas razones.

Además, parece ser que la cocción ablanda las fibras, haciéndolas así menos irritantes para el colon y destruye los microorganismos patógenos, reduciendo así los riesgos de intoxicación alimentaria.

Los peligros del crudivorismo

Al ser bastante antiguo el movimiento de la raw food, se han podido realizar numerosos estudios sobre sus adeptos. De manera que:

  • Parece ser que un 30 % de las mujeres que han adoptado una dieta crudívora padecenamenorrea, es decir la interrupción total o parcial de las menstruaciones (9).
  • Comer exclusivamente alimentos crudos provoca un consumo excesivo de fructosa y de ciertas fibras que pueden provocar dificultades para digerir, hinchazón abdominal, flatulencias y diarreas (10).
  • Comer alimentos crudos puede asimismo provocar, en ciertas condiciones, riesgos de intoxicación alimentaria, especialmente cuando se consume carne o pescado crudo sin respetar reglas sanitarias extremadamente estrictas.
  • Pero, sobre todo, el crudivorismo puede generar una carencia de vitaminas B12, un aumento de la homocisteína en sangre (un factor que predispone a las enfermedades cardiovasculares) y una disminución del colesterol bueno (HDL) así como una baja densidad ósea, especialmente relacionada con carencias de calcio y de vitamina D (11-12).

Así las cosas, es innegable que todas estas carencias pueden combatirse mediante una adaptación de la dieta alimenticia y la toma de complementos alimenticios como Methylcobalamine (para la vitamina B12), o Vitamin D3 5000 UI, por ejemplo.

Recordemos asimismo que un complejo multivitamínico (como Daily 3) reúne una porción interesante de cada uno de estos minerales y vitaminas, entre otros compuestos beneficiosos para la salud humana.

Comer crudo y cocido: ¿un punto intermedio satisfactorio?

El crudivorismo presenta por tanto innegables beneficios: los alimentos crudos, lactofermentados o germinados contienen numerosas vitaminas, numerosos minerales y enzimas que favorecen en cierta medida la digestión.

Además, comer alimentos crudos favorece el sentimiento de saciedad, suprime las grasas cocidas de la alimentación e impone consumir alimentos ricos excelentes para la salud (frutas, verduras, oleaginosas, cereales, cereales germinados, etc.).

Sin embargo, ante los riesgos que supone una alimentación exclusivamente crudívora, la mayoría de los nutricionistas y de los médicos recomiendan una alimentación equilibrada que integre un 50 % de productos crudos (especialmente los alimentos mencionados) y un 50 % de alimentos cocidos o cocinados (brócolis, patatas/boniatos, cereales, pseudocereales, carne, huevos, etc.).

Como sucede a menudo, los excesos pueden presentar riesgos, mientras que el término medio permite aprovechar los beneficios de todos los enfoques.

Referencias

  1. DEBRY, G. Les particularités diététiques végétarisme, végétalisme, crudivorisme, macrobiotisme. La Revue du praticien (Paris), 1991, vol. 41, no 11, p. 967-972.
  2. ROBERTS, Susan B., MCCRORY, Megan A., et SALTZMAN, Edward. The influence of dietary composition on energy intake and body weight. Journal of the American College of Nutrition, 2002, vol. 21, no 2, p. 140S-145S.
  3. HOWELL, Edward. Enzyme nutrition: the food enzyme concept. Penguin, 1995.
  4. CARMODY, Rachel N., WEINTRAUB, Gil S., et WRANGHAM, Richard W. Energetic consequences of thermal and nonthermal food processing. Proceedings of the National Academy of Sciences, 2011, vol. 108, no 48, p. 19199-19203.
  5. WRANGHAM, Richard W., JONES, James Holland, LADEN, Greg, et al.The raw and the stolen: cooking and the ecology of human origins. Current anthropology, 1999, vol. 40, no 5, p. 567-594.
  6. Carmody, Rachel N., and Richard W. Wrangham. 2009. The energetic significance of cooking. Journal of Human Evolution 57:379–391.
  7. CARMODY, Rachel N., WEINTRAUB, Gil S., et WRANGHAM, Richard W. Reply to Wollstonecroft et al.: Cooking increases the bioavailability of starch from diverse plant sources. Proceedings of the National Academy of Sciences, 2012, vol. 109, no 17, p. E992-E992.
  8. Boback, Scott M., Christian L. Cox, Brian D. Ott, Rachel Carmody, Richard W. Wrangham, and Stephen M. Secor. 2007. Cooking and grinding reduces the cost of meat digestion. Comparative Biochemistry and Physiology A 148:651–656.
  9. KOEBNICK, Corinna, STRASSNER, Carola, HOFFMANN, Ingrid, et al.Consequences of a long-term raw food diet on body weight and menstruation: results of a questionnaire survey. Annals of Nutrition and Metabolism, 1999, vol. 43, no 2, p. 69-79.
  10. VAN DEN, Truong, BIERMANN, Christopher J., et MARLETT, Judith A. Simple sugars, oligosaccharides and starch concentrations in raw and cooked sweet potato. Journal of Agricultural and Food Chemistry, 1986, vol. 34, no 3, p. 421-425.
  11. KOEBNICK, Corinna, GARCIA, Ada L., DAGNELIE, Pieter C., et al.Long-term consumption of a raw food diet is associated with favorable serum LDL cholesterol and triglycerides but also with elevated plasma homocysteine and low serum HDL cholesterol in humans. The Journal of nutrition, 2005, vol. 135, no 10, p. 2372-2378.
  12. CLINE, Jill. Calcium and vitamin d metabolism, deficiency, and excess. Topics in companion animal medicine, 2012, vol. 27, no 4, p. 159-164.

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